¿Qué
ideas nos ayudarían a pensar mejor?
¿Qué
ideas nos ayudarían a pensar mejor? Esta pregunta invadió las mentes de
pensadores, médicos, matemáticos, científicos, quienes intentaron formular una
respuesta a este interrogante que, seguramente, muchas personas se habrán preguntado alguna vez. Aquí vamos a
presentar algunas de las respuestas.
Federico
Kukso, un periodista científico, expresa que las herramientas (actualmente,
internet, celulares, televisiones, ordenadores entre otras muchas) nos dominan.
Solemos pensar que nosotros tenemos el mando de ellas pero no es así siempre.
Cada herramienta, según la época, nos
impone una concepción del mundo y determina nuestra forma de pensar. Por
ejemplo, cuando se inventó la imprenta,
la mayoría de las personas empezaron a leer en forma lineal, de izquierda a derecha, y esto enseñó a los humanos a usar
un formato ordenado y a aprender a
manejarse así.
Kukso
también dice que además de tener una
caja de herramientas, cada uno de
nosotros posee una caja de herramientas mental. Cada época tiene las suyas.
Pero, entonces, ¿cómo éstas nos ayudarían a aprender mejor? Tendríamos que
utilizarlas, pero no ser dominados por ellas, ser conscientes. Ser capaces de
poder pensar: si internet nos falla alguna vez,
podemos hablar cara a cara con
alguien sin utilizar el celular…
Douglas
Ruskroff propone algo parecido pero en el ámbito de la comunicación: Pensamos
que los medios de comunicación son
neutrales y que somos capaces de
utilizarlos a gusto y necesidad propia. Sin embargo, las tecnologías que usamos
nos hacen incapaces de desarrollar
cualquier tipo de control sobre ellas. Por ejemplo, los IPads nos empujan a
comprar aplicaciones en vez de crearlas. Según él, tenemos que ser conscientes
de que los medios de comunicación expresan algo que es de su interés y así, poder crear un argumento, hipótesis,
discurso propio y no repetir sin pensar. Poder ser capaces de elegir entre lo
que nos gusta y lo que no, qué nos es útil y qué no, y no ser dominado por ellos.
Esto nos ayudaría a pensar mejor.
Por
otra parte, Matt Ridley y Clifford Pickover expresan ideas que se asemejan; ser
brillante, inteligente, sacarse notas
sobresalientes en la facultad, no es la clave del éxito. Nosotros tendemos a
pensar eso porque admiramos al inteligente, pero estamos teniendo una realidad equivocada.
La razón por la cual el ser humano predomina
sobre las demás especias es por la inteligencia colectiva y el trabajo
colaborativo. Cuando se realiza un descubrimiento científico, por lo general,
se realiza por un grupo de personas. Un
solo hombre, por más brillante que sea, no puede superar el cerebro colectivo.
También,
Clifford aporta a esta teoría, ¿Cómo es que varios adelantos científicos ocurren
en dos lugares totalmente distintos al mismo tiempo? A medida que el humano evoluciona, van
aumentando las necesidades de objetos nuevos e innovadores, y además el hombre
investiga y va adquiriendo conocimiento. Esto hace que se lleguen a realizar
ciertos descubrimientos al mismo tiempo. Entender que la persona más
inteligente no es rival para el cerebro colectivo, nos ayudaría a aprender
mejor y, si esto se enseñara en los
colegios, se perdería menos tiempo en un futuro.
Kevin
Kelly y Roger Schank escriben ideas muy
parecidas entre ellos; como que no debemos evitar equivocarnos, mas bien,
debemos aprender que fracasar es parte de la enseñanza, es experimentar
cosas nuevas que quizas, dará frutos en
un futuro si uno aprende la lección y
pule ese fracaso hasta convertirlo en éxito. En la actualidad está muy
establecido que fracasar y cometer errores no es una virtud si no que, por el
contrario, conducirá a la desgracia, y por ende, esto causa miedo a
experimentar. Si un alumno se lleva una materia a diciembre es un fracasado y
no le va bien en el colegio. Esto no debemos verlo así. El alumno, en realidad,
está recibiendo una segunda oportunidad
de demostrar que aprendió de sus errores. Experimentar no es solo un
concepto que utilizan los científicos. Nos encontramos en constante
experimentación; desde bebés hasta ancianos, y para llegar a una hipótesis,
tenemos que haber comprobado distintas teorías y haber fracasado antes. Un Niño
de tres años de edad no nace sabiendo que el enchufe da corriente, sino que este
introduce los dedos para saberlo. Aceptar el fracaso como una virtud, nos
ayudaría a aprender mejor ya que nos animaríamos a experimentar y a descubrir
cosa nuevas.
El escritor Nicholas Carr cuenta que nuestro
cerebro es capaz de retener siete piezas de información al mismo tiempo. Cuando
estas piezas o cargas cognitivas se exceden, la
información se desvanece y se forman las famosas “lagunas mentales”
ocasionando que no podamos “archivarlas” en nuestra carpeta de memoria a largo
plazo y así convertirla en conocimiento. Si sobrecargamos nuestra memoria, tendemos a distraernos más y
nuestra capacidad de comprender y procesar la
información recibida se degrada.
¿Cómo
esto nos ayudaría a pensar mejor? Cuando aprendamos que nuestra memoria es frágil,
seremos capaces de administrar mejor la información que recibimos.
Don
Tappscot agrega que el cerebro es maleable. Podríamos utilizar principios del
diseño para moldear nuestro cerebro, diseñar cómo pensamos y recordamos. Un
taxista de treinta años de edad recuerda mas las calles que los que no lo son.
Esto es porque el taxista entrena su mente para uso de su trabajo que es,
conducir a personas a sus destinos. Entonces, ¿por qué no hacerlo para mejorar
nuestra memoria?
Por
último,pero no menos importante, Samuel Barondes explica que el ser humano es único e idéntico
a otros a la vez. Somos iguales porque todos nacemos de la unión de un ovulo y
un espermatozoide y nos hospedamos en las entrañas de nuestras madres. Somos
distintos unos entre otros también,
vivimos con una familia, en una determinada
vivienda, en un determinado país con una determinada cultura. Cada uno tenemos una visión de la realidad distinta.
Esta
visión dual de nosotros está tan bien establecida que parece obvia, pero merece
ser tenida en cuenta porque aceptar esto,
puede ayudarnos en nuestra vida cotidiana y educativa. Por ejemplo una
persona que sabe mucho de arte puede ayudar a otra que sepa menos y esta le
puede ofrecer sus conocimientos de geografía a cambio.
En
síntesis, teniendo en cuenta estas explicaciones, podríamos mejorar mucho
nuestra calidad de vida y la de los demás. Sólo hace falta poner en práctica
estas teorías y no tener miedo a una revolución cognitiva, poder ser capaces de
aceptarla ya que en un futuro esto puede brindar frutos. El ser humano es
curioso por naturaleza, y además, como innovar y crear cosas nuevas está en
nuestra sangre, sería una práctica
novedosa y útil enseñar estas en las casas y en las instituciones.
Muy buen texto, Lu!
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