Continuación
de la “historia interminable”
Cairón
estaba ya muy cansado, pues había pasado mucho tiempo viajando para entregarle
el ÁURYN a Atreyú pero había algo que no le convencía. ¿Cual era su viaje
ahora? ¿A dónde iría? ¿Cuál era su destino? Simplemente esas preguntas lo
incomodaban. “¿Qué haré ahora? No me queda mucho tiempo y no quiero terminar mi
vida de esta forma”, pensaba, “debo arriesgarme y visitar la Caverna Oscura”.
En esa Caverna se encontraba una mágica y misteriosa piedra denominada Mítrus
que, según los viajantes que hablaron con ella revelaba el destino de las
personas. No iba a ser muy fácil llegar allí, pero lo mejor era intentarlo.
Pasó
días y noches enteras caminando y caminando sin frenar, solamente para
refrescarse y comer frutas que guardaba en su sombrero de juncos trenzados al
pasar por el bosque de los árboles frutales.
De
repente, un ogro se le interpuso en su camino.
—
¿Quién
eres tú y por qué estas aquí, en la tierra de los Ogros atemorizantes? —preguntó
el ogro que tenia aspecto malvado.
— Soy
Cairón y tú, ¿Cómo te llamas? —respondió de una forma
extraña.
— Me
llamo Markus y mi deber es no dejarte pasar por nuestro terreno.
—
Por
favor, necesito pasar, necesito visitar a Mítrus.
—
¿Mítrus?
¿La legendaria piedra Mítrus? —exclamó Markus.
—
Claro
que sí, ¿Qué otro objeto en Fantasía se llama de esa forma? —aseguró
Cairón.
—
¿Puedo
ir con usted? — preguntó tímidamente — Soy
un ogro bueno, se lo puedo asegurar y verdaderamente deseo encontrar mi lugar
en el mundo donde no haya gente gruñona ni maligna conmigo. Yo lo puedo guiar.
Markus
pertenecía a una familia de ogros malignos y sumamente temíbles.Trataban de lo
peor a cada criatura en Fantasía que pasaba por su terreno y por eso lo mandaban
a vigilar para que nadie pasara por allí. En cambio, Markus era el único ogro
adorable y fiel de todos los ogros y deseaba poder escaparse de ese lugar.
—
Como
usted desee, Markus.Ahora guíeme.
Markus
y Cairón se dirigieron a la Ciudad de la Azúcar Azul donde se encontraba la hechicera
Virgo. Ella les podría entregar un poco de su magia y les podría dar consejos y,
según el amigable ogro, era fácil de convencer.
Pasaron
días y noches viajando por varios lugares como El Pantano de la Tristeza, La
Cueva Zamborimbon y La ciudad Embrujada.
Una
noche, mientras Markus dormía pacíficamente, Cairón comenzó a pensar. ¿Verdaderamente
quería seguir? No estaba muy seguro si aún quería saber su destino, estaba un
poco confundido.
Por
fin se encontraban en la ciudad de la
Azúcar Azul y una pequeña niña azul los guió hasta la torre de la hechicera
Virgo.Entraron.
—
Hola,muchachos,
los estaba esperando —dijo una extraña voz
—
¿Eres la hechicera Virgo? — interrumpió Markus
En
ese momento apareció una niña de alrededor de siete años de edad, vestida con
violetas capas y negras botas y un enorme y puntiagudo sombrero azul.
—
¿Qué
desean? — preguntó la niña
—
Hola,
hechicera Virgo — saludó Cairón un poco
asombrado por lo que acababa de ver —necesitamos
tu ayuda, queremos ir a la Cueva Oscura para encontrarnos con Mítrus, así
podremos saber nuestro destino.
—
Mmm…— pensaba
la hechicera — Podría ayudarlos pero antes necesito que me
hagan un favor, deben coserle la espalda a mi oso de peluche. Esta todo roto y
ya no lo puedo abrazar por las noches.
—
Haremos
lo que sea necesario —aseguró Markus
Y
así los dos amigos comenzaron a coser. Les llevo más tiempo de lo que pensaron
pero por fin lo lograron.
—
Aquí
tienes — aseguró
Markus, extendiendo con su mano el oso de peluche ya cosido.
—
Muy
bien, ahora quisiera que me cocinaran unas galletas — comentó
Virgo.
—
Está bien, lo haremos —dijo Cairón que se sintió medio burlado.
Cocinaron
y se las entregaron.
—
¡Excelente! Ahora quiero…
—
¡Basta ya! ¡Queremos que nos ayudes, no ser tus sirvientes! —
Interrumpió Cairón
—
¡Todavía no han terminado! ¡Si quieren ayuda será mejor que hagan todo lo que quiero!
— ¡Nos
hemos cansado y nos iremos ahora mismo, con o sin tu ayuda! — exclamó Cairón. Y así
siguieron su camino sin ayuda de la maleducada niña.
Llegaron
a una isla muy hermosa llena de animales y plantas exóticas, perfumes y
colores. Decidieron quedarse a pasar la noche allí
Al día
siguiente, Cairón observó que Markus lo estaba pasando muy bien en ese lugar,
tan bien que le dio ganas de dejarlo ahí, pues ese era su lugar indicado. Se
despidió por última vez.
Por fin
se encontraba allí enfrente de la Cueva Oscura y desde afuera se veía la
preciosa piedra Mítrus pero cuando entró, algo raro pasó por su mente. No sabía
si verdaderamente quería hablar con la piedra, mejor dicho, no sabia si quería conocer
su destino pues saberlo sería muy aburrido porque ya sabría lo que haría el
resto de su vida y lo mejor es no conocer nuestro destino sino vivir la vida
día a día.
Al fin
y al cabo decidió no hablar con la piedra y se embarcó vuelta a casa y como se
acordó que la nada invadía Fantasía y que él era médico decidió comenzar un
proyecto para curar a las criaturas habían sido invadidas por la nada. Pero esa
es otra historia y debe ser contada en otra ocasión…
Fin
Excelente, Luciana!
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