viernes, 26 de julio de 2013

Cuento fantástico



El espejo en el hospital
Una tarde del 2013 el Señor Ruíz se dirigía al hospital. Era muy común encontrarlo por allí ya que poseía raras enfermedades y carecía de buena salud. Era un hombre de baja estatura, de tez pálida, ojos verdes saltones y con escaso de buen humor. Nadie se preocupaba por él ya que si alguien intentaba acercársele, recibía solamente su indiferencia.
Esta ves, Ruíz debía ser operado urgentemente del brazo, por lo tanto, decidió ir al hospital más cercano, el “Luther Hospital Center” el cual se rumoreaba que estaba muy descuidado y que el único cirujano que se encontraba, había perdido la cabeza tras la muerte de su esposa que había sido brutalmente asesinada un 2 de Julio de 1993. Ningún individuo se animaba a entrar en ese hospital solo Ruíz, al no convivir con las personas, no tenía adquiridos los chismes, rumores y cuentos de la ciudad.
Cuando entró, vio que el hospital se encontraba en malas condiciones: Las paredes estaban despintadas, había telas de añara. También se hallaban camillas que, aparentemente, no tenían uso al fondo del salón y los asientos estaban destruidos. Había poca luz y el piso tenía mucho polvo. El ambiente lúgubre causaba terror.
No pasó ni un minuto cuando el cirujano Torres llamo a Ruíz a la sala de operaciones. Era una persona de aspecto viejo y arrugado, no muy alto y mostraba en su rostro una siniestra sonrisa.
—Espéreme aquí, señor Ruíz, no tardaré mucho. Iré a buscar el instrumental quirúrgico.
Fue en ese momento que Ruíz quedó solo en la tétrica sala de operaciones.
A la espera del médico, comenzó a ojear la sala. Había camillas que carecían de limpieza, raros cuadros, ovejos que seguro servían para operar , aparatos rotos y un espejo que se veía bien cuidado. Se acercó y comenzó a contemplarse y vio que su imagen dejaba de realizar lo que ejecutaba. Más pálido de lo que era, el señor Ruíz quedó asombrado. ¿Cómo podía ser que su imagen no hiciera lo que él realizaba? Lentamente se alejó del espejo pero este lo llamaba y lo atraía.
Luego de un buen rato de quedarse paralizado frente al espejo, la imagen que se hallaba en  él lo agarró al señor Ruiz de su brazo lastimado y lo introdujo adentro del espejo. Su imagen en el espejo se había auto expulsado del mismo y su misión ahora era hacerse pasar por el señor Ruíz toda su vida. Estaba aterrorizado ¡Estaba dentro del espejo y no podía salir! Enseguida empezó a transformarse en un objeto amorfo y sin vida a la espera de una víctima que cayera en el mismo truco.


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